La primera ‘sommelier de baños’ es argentina
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La primera ‘sommelier de baños’ es argentina

Por Pilar Tapia  @pilitapiaa

Hoy en las redes hablamos abiertamente sobre sexo y otros temas que antes eran tabú y son muchos lo que exponen su intimidad sin pudor. Pero de la caca ni mú. Vamos a comer un lugar fancy, sacamos fotos del morfi, pero no decimos ni una palabra de la experiencia que implica ir al baño.

Sin embargo, en Instagram surgió una cuenta que echa luz sobre este tema tan pudoroso para muchos: @comodondecago

A la cabeza está Caro Di Menna, una estudiante de turismo de 23 años con una pluma sagaz, un humor ácido y una habilidad única de guionar la experiencia de ir a hacer el número en dos en los restaurantes y bares de CABA.

“Soy la Guía T de los baños. Muestro el lado B, expongo lo más íntimo, oscuro y recóndito de los más populares restaurantes de Baires. Sitios que detrás de bambalinas ocultan cuartos donde las secuelas de Chernobyl cobran vida. Cuento la cruda verdad, sin escrúpulos ni pudor”, aclara.

 

@comodondecago

Lugar: NOLA Buenos Aires

 

La génesis de todo esto

“Me pareció que hay mucha difusión de cuentas foodies que muestran todas lo mismo: reviews de comida, que hacen canjes vendiéndose por unas papas y una pinta de Quilmes pasada por agua”, critica Caro. Entonces, tras un tragicómico episodio de bar-pooping, en el que se vio obligada a recorrer varios baños de establecimientos gastronómicos de la ciudad, decidió comenzar con esta cuenta tan escatológica como simpática.

“Me pareció copado tocar el tema desde el lado de la comedia: se hace mas fácil, más distendido y relajado. La gente se empieza a animar a hablar, se ríen y recomiendan lugares o cuentan sus desventuras por algún baño”, cuenta.

“Básicamente, recorro bares y restaurantes y en lugar de mostrar lo que todo el mundo está exponiendo en las redes, yo voy un poco más allá. Saco a la luz, destapo cañerías, abro puertas y tapas de inodoros, exponiendo los baños, desde los más lujosos y destellantes tronos, hasta los más inhóspitos agujeros negros hacia Narnia, los más remotos”, narra esta joven sommelier de toilettes.

 

@comodondecago

Lugar: PANI

 

Un servicio a la comunidad

En cada toilette que visita, Caro verifica:

  • El papel higiénico y su textura
  • El jabón (si es líquido, mucho mejor).
  • Si hay espejos. “Es fundamenta que haya. Las chicas nos retocamos el makeup, nos peinamos y sacamos fotos. El baño debe despertar y sacudir al Narciso que tenemos dentro”.
  • Cómo es el espacio y el ambiente (una buena iluminación y musicalización, su diseño, si tiene algún chiche extra, algún detalle que destaque).
  • La limpieza y la pulicritud, por supuesto.
  • Si hay para secarse las manos (lo mejor es el aparato automático).

“Siempre digo que el baño es como la panera: si te traen una buena panera ya estás bien predispuesto y con buenas expectativas. Si vas a un baño al que se le ha prestado atención y tiempo, que tiene un diseño cool, artístico o peculiar, o cuenta con algún tipo de curiosidad que te llame la atención, probablemente vuelvas a la mesa hablando de ello. Y seguro lo tengas en cuenta a la hora de evaluar tu experiencia integral en el lugar”.

Además, hace hincapié en algo muy importante: los baños son un fiel reflejo de la higiene del establecimiento. “Si uno se encuentra con una escena postapocalíptica y catastrófica al entrar al baño, se va a replantear el hecho comer algo en ese mismo sitio. Te preguntás: ¿Así de bombardeada estará también la cocina? ”, comenta (y nos deja pensando).

Al momento, los establecimientos que reseñó se tomaron muy bien sus comentarios. “Creo que es porque es una cuenta que más que defenestrar y criticar odiosamente, tiene un fin cómico”, sostiene Caro, que se caga en el qué dirán y decide traer a la mesa un tema que solemos esconder al fondo a la derecha.