Hacia una piel radiante
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Hacia una piel radiante

Por @stephiebacque de @mind.fits

 

Durante el verano, nuestra piel se encuentra más expuesta a los factores ambientales como la luz solar, el polvo, bacterias, sustancias irritantes y agresivas, es decir, con mayores riesgos de daños, por lo cual es importante que la cuidemos desde varios aspectos, y uno de ellos, es la alimentación.

Para cuidar la piel es necesario, además de los tratamientos y productos específicos de hidratación, exfoliación y/o nutrición, llevar una alimentación saludable y equilibrada, que brinde los nutrientes necesarios para su regeneración, producción de colágeno, elasticidad, suavidad y adecuada pigmentación.

De nada sirve nutrirnos bien por fuera si no lo hacemos por dentro. Como concepto básico: menos alimentos procesados y refinados, y más frescos y naturales. Para promover la armonía interna y la piel sana, debemos evitar los productos químicos agresivos que amenazan las defensas naturales de la piel.

Si el cuerpo está sano y nutrido, la piel brillará. Si está enfermo, le faltan nutrientes vitales o no puede digerir los nutrientes adecuadamente, puede mostrar estrés o vulnerabilidad y mostrar signos tempranos de envejecimiento.

 

Nutrientes:

Los betacarotenos, que en el cuerpo se transforman en vitamina A. La vitamina E, presente en los aceites vegetales.

La vitamina C, que se encuentra principalmente en las frutas cítricas. Esta vitamina también participa en la formación del colágeno, la sustancia que une las células y mantiene la elasticidad de la piel.

Los antioxidantes son fundamentales para prevenir el envejecimiento celular.

También son importantes la fibra y las vitaminas del complejo B (NO EN EXCESO), estas ayudan al buen funcionamiento intestinal, lo cual permite la desintoxicación del organismo en general y de la piel, en particular.

 

Armonía, soluciones holísticas para cuidar la piel: 

  1. No descuidar la hidratación y dieta equilibrada. Programa un menú semanal rico en ácidos grasos, minerales y vegetales de hoja verde, la mayoría de los cuales contienen suficiente agua para aumentar la hidratación. No a los alimentos procesados.
  2. Detox a base de jugos. Los jugos vegetales verdes tienen activos anti-infecciosos, que ayudan a balancear el pH del cuerpo, eliminan los desechos ácidos, contribuyen a eliminar la mucosa y llevan a cabo una limpieza celular eliminando radicales libres.
  3. Exfoliar al menos dos veces por semana. Es aconsejable utilizar productos que combinen ácidos de frutas o enzimas de origen natural. Mejoran la absorción de antioxidantes tópicos y humectantes, que a su vez favorecerá la reserva líquida de la piel para prevenir la deshidratación futura y garantizar una hidratación saludable durante las siguientes estaciones.
  4. Dormir bien. Ayuda a la regeneración de las células y los tejidos corporales.
  5. Hacer ejercicio de forma regular. El ejercicio físico aumenta el flujo de sangre a cada órgano del cuerpo, y siempre producirá una complexión mejorada y una piel más brillante y saludable.
  6. Medita tu camino hacia la piel radiante. La meditación es una de las pocas prácticas sin estrés en el mundo que realmente puede rejuvenecer la piel, transformando todas las células y tejidos. El efecto de la meditación, cuando se practica de manera adecuada y consistente, es un potenciador del antienvejecimiento que limpia la piel y rejuvenece tu cutis. Esta calma mental nos ayuda a estar presentes: al aplicar una crema, sentir la textura y disfrutar del contacto con nosotros mismos mientras nos cuidamos.