Una reflexión sobre BAFWEEK
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Una reflexión sobre BAFWEEK

Por Belu Baldelomar

Terminó otra edición del BAF y dos de las cosas que solemos criticar a esta semana de la moda están en un evidente proceso de mejora. Por un lado, marcas como Limay, Gone, Bestia y Revolver apostaron por la diversidad en sus pasarelas, vistiendo cuerpos de distintas edades, géneros y talles. El resultado fue una propuesta más inclusiva, que se sintió auténtica y, sobre todo, necesaria.

Por otro lado, las locaciones elegidas fueron, en su mayoría, espacios amplios que permitieron a las marcas invitar a su círculo más cercano y a parte de su comunidad. Si bien muchos se quedaron afuera, el esfuerzo por hacer el evento más accesible fue evidente.

LIMAY DENIM
GONE
VALENTINA SCHUCHNER

Este año, BAFWEEK convocó a siete marcas emergentes, cada una con una puesta en escena única. Harvey desplegó su estética urbana en un edificio a punto de ser demolido, Bullbenny llevó su desfile al subte H, Bestia presentó su colección en un galpón con un imponente huevo gigante, y Gone mostró sus vestidos de terciopelo de seda artesanales en un estudio de fotos envuelto en humo y una luz tenue. Valentina Schuchner eligió la Casa de la Cultura para su propuesta inspirada en Una habitación propia de Virginia Woolf, mientras que Label 99 transformó el Palacio Paz con un espectáculo de luces de alta tecnología. Limay, que ofrece ocho modelos de jeans en 14 talles, convirtió su local en un rincón de la Patagonia, donde incluso cayó nieve. Estas marcas en expansión participaron en el Concurso de Instituto Marangoni, representado por FAD Connection. El ganador de una beca en Londres fue Harvey Willys.

LABEL 99
DAELS
BESTIA

Otro punto destacable fue la creatividad conceptual en las puestas en escena, en sintonía con los síntomas de la época: la desconexión, la impermanencia, el avance de la tecnología y las contradicciones entre lo público y lo privado. Estos conceptos tomaron forma a través de bufones, monstruos y robots que interactuaron con los asistentes, llevando la moda a un nivel más experimental y provocador.

El cierre fue una verdadera fiesta, con PUMA desplegando sus múltiples universos y Chandon refrescando las tardes con su Apéritif, abierto a todos y todas.

Sabemos lo complejo que es montar desfiles de esta magnitud, coordinar colecciones y hacer que todo fluya. Lo cierto es que ésta edición se sintió como una bocanada de aire fresco, y que  la creatividad y la evolución es innegable.

HARVEY WILLYS
PUMA