Fashion & Games
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Fashion & Games

Por Maria Molina

El 80 % de las usuarias de Internet de entre 16 y 50 años son asiduas a los videojuegos y el 53 % de ellas, grandes consumidoras de productos de moda y belleza, reveló la agencia We are Social. Las llaman Generación G y son descendientes directas de la camarera del videoclip Take on me, de A-ha, hoy uno de los más escuchados en Spotify. La protagonista traspasa el limbo de la dimensión virtual para volver al mundo real convirtiendo el Rouge Pur Couture de Ives Saint Laurent en el lipstick más vendido de los ´80.

Esas mismas chicas que jugaban al Pac-man, hoy también forman parte de la comunidad gamer y de las grandes ligas de clientas del metaverso.

A pesar de que desde hace más de una década existen plataformas de realidad virtual exitosas, la intersección entre las tendencias y el juego se puso en modo ON con la primera edición del Metaverse Fashion Week. El evento se llevó a cabo este año en Decentreland, la locación elegida por su enfoque en la libertad de expresión. El GG o Good Game se llevó a cabo en el pabellón destinado a las casas como Dolce & Gabbana, Etro y Elie Saab: el Luxury Fashion District, una recreación de Avenue Montaigne de París.

 

 

Mientras tanto, en Rarible Street, inspirado en las calles de Nueva York, se instalaron pop-ups de marcas como Placebo Digital Fashion House, The Fabricant y Artisant en colaboración con PUMA. Los invitados accedieron al evento a través de una dirección URL o de un wallet para después personalizar el avatar desbloqueando dispositivos y poder vestirse con los últimos lanzamientos.

 

 

Quienes hayan jugado alguna vez a Los Sims, Animal Crossing, League of Legends o Fornite tendrán un poco más fácil la tarea de acercarse a las transacciones intangibles. Lo primero que se hace es personalizar el propio avatar, construir una identidad. Y la moda resulta una herramienta ganadora para experimentar libremente hasta lograr transmitir el mensaje que se quiere dar.

La tecnología ofrece todas las herramientas para lograrlo: desde limited drops (ediciones limitadísimas), campañas direct-to-avatar y hasta influencers animados.

La experiencia de compra en los juegos suele ser híbrida: mientras el alter ego virtual adquiere las piezas únicas como NFTs, también se pueden recibir los objetos en la puerta de casa. La idea es vincular los dos universos hasta construir un espacio Phygital, que es la integración de ambos. Lo cierto que todo es posible en el metaverso. Las marcas equipan a personajes y campeones en línea, ya sea que estén practicando snowboard en una montaña helada o explorando tierras inesperadas.

 

 

Prada es una de las pioneras al asociarse con Ubisoft para equipar a los entusiastas de las actividades al aire libre en el juego Riders Republic. Aquí, los adictos a la adrenalina de la realidad aumentada pueden andar en bicicleta, esquiar, usar trajes con alas y cohetes, mientras lucen ropa deportiva de la línea de alto rendimiento de la casa.

Por su parte, Burberry y Mythical Games se aliaron para crear el primer NFT dentro del mundo de ‘Blankos Block Party’. Esta propuesta permite adquirir e intercambiar juguetes en varios modos y niveles, con una buena cantidad de misiones y desafíos.

 

 

Y si te perdiste el cumpleaños número 200 del fundador de Vuitton, la casa creó Louis The Game, un universo que se desarrolla en seis paraísos multicolor en búsqueda de 200 velas de colección.

El principio de la exclusividad que prima en nuestro mundo, por el cual existe la industria del lujo, se traslada inevitablemente al metaverso. Los aficionados están tentados a invertir en prendas de edición limitada, autos futuristas, accesorios de lo más insólitos. Y todo esto convierte a los jugadores en los mejores clientes del momento. Game On.