John Galliano y Martin Margiela
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John Galliano y Martin Margiela

Por María Molina.

¿Quién es Martin Margiela?, ¿y en qué se parece su legado a John Galliano? Si hoy los googleamos, lo primero que encontramos es el desfile Artisanal, con el que el diseñador gibraltareño nos voló la cabeza. Pasó un siglo en tiempo Instagram y seguimos hablando de porcelana, excesos, merkins, alta costura y melodrama. Pero hubo vida antes de Galliano en la Maison. 

La fundó Martin en 1988, uno de los Antwerp Six, después de graduarse en la Academia de Amberes y trabajar como asistente de Gaultier. “Jean Paul vió oro en ese chico que se crió en la peluquería de papá recortando los zapatos de las Barbies”, contaba la British Vogue. (como meme o algo) ¿Los primeros Tabi Shoes? 

Margiela surge como la antítesis de la opulencia de los ´90. Su estética es un manifiesto contra el consumismo exacerbado y la cultura de las celebridades que eleva a los diseñadores al nivel estrella de Hollywood. Jamás estuvo atado a las nociones canónicas. Sus modelxs escapaban del status quo y eso lo llevó a definir un diseño no binario. 

Su primer desfile fue una provocación: en un galpón abandonado de París había niñxs sentadxs adelante mientras que la prensa se ubicaba en el fondo, en sillones raídos. Fue la primera vez que se contradijeron las jerarquías de la moda – ¿hubieran ido las Kardashian? – (emoji). Siempre permaneció de incógnito entre el público con un gorro que le tapaba la cara y grababa todo en Super 8. 

Martin Margiela

Cuando le vendió su marca a Renzo Rosso, y John Galliano se convirtió en su sucesor, le dijo: “Tomá lo que quieras del ADN, protegete a vos mismo y hacé la tuya”, le recomendó Martin. Hoy los shows de Galliano son los más esperados, tienen más producción que todo Broadway junto y él ama los escenarios. Es capaz de cerrar un club nocturno parisino, con ponche y violetas confitadas incluidas. ” Este último fue el tipo de espectáculo inmersivo que no se había visto en más de una década. Quizás dos”, escribió Vanessa Friedman, del MY Times. 

“Además, el gibraltareño conoce el sistema de la moda, aunque en esta ocasión no hubo una intención comercial obvia, él sabe que su presencia es EL alimento para las redes. O sea, para la difusión y las ventas”, escribió Vanity Fair. Jamás se perdió una reverencia final, vestido con traje de torero o astronauta. Mientras él decía: “Mi papel es seducir”, Margiela escondía su cara, no salía a saludar al final del desfile y no daba ni da entrevistas. Lo mismo hacía con sus modelxs, cubriéndoles la cara con su propio pelo, para que lo importante fuera la ropa.

John Galliano.

“La industria de la moda se basa en mitos. Y lo que logró es que el mundo se obsesionara con él. El respeto por su identidad se basa en el deseo de creer y perpetuar el encanto de un creativo misterioso”, explica Alistair O’Neill, jefe del departamento de historia de la moda en Central Saint Martin’s.

“Claro, ¿quién no quiere saber quién es Keyser Söze?”, dijo Kaat Debu, directora del MoMu. El hombre que redibujó el cuerpo femenino, deconstruyéndolo y reemplazó los big volúmenes por siluetas Modigliani longuilíneas. Hábil en encontrar belleza en la decadencia, Galliano también transformó los excesos en statements. Ningún diseñador fue siempre tan simbólico del arco de la moda como él. Y esta última vuelta reseteó un mundo que se ocupa de vender sueños. Se inspiró en la manía de Margiela por el pelo y lo usó para darnos que hablar años. Usó merkins cosidos en la ropa interior de esta colección. “Toda una declaración de libertad hacia el tabú del cuerpo femenino”, según el Telegraph. ¿También agregarle tacos a los comodísimos Tabi?

Para el belga el lujo es comodidad. Inventó la alta costura punk, upcycling y sostenible con vestidos de plástico -un elemento clave en la escena Gallianesca-, collares de corcho de botellas de champagne, sastrería hecha a partir de cinturones de seguridad y tops conjurados con paños de cocina. Durante su gestión en Hermès, conquistó el mundo. Usó la famosa tela Toile H de las valijas para hacer ropa y reformuló el reloj Cape Code con una correa doble vuelta, convirtiéndolo en uno de los objetos más fantásticos de la moda. 

Su legado poco explorado se exhibe en la muestra Martin Margiela ‘Margiela: In the Void’, que presenta Parodi Costume en Miami. Es una mirada hacia el concepto de vacío como una forma de explorar la ausencia y el enfoque antiestrellato que lo definió. Y Galliano protagonizará el documental High and Low, sobre su vida y trayectoria en Dior. La pregunta es, ¿hace falta seguir un legado?, ¿podría un Margiela manejar su propia casa con los códigos de hoy?