Cocinas al top
¿La cocina se convirtió en la gran protagonista de la casa? Charlamos con Gabi López, diseñadora de interiores y especialista en sociología del diseño, sobre el nuevo rol social y estético de la cocina, los nuevos bio-materiales, y su importancia como parte de un metabolismo del hogar, en donde un proceso se convierte en la base de otro.
Antiguamente en las clases sociales más acomodadas, la cocina era un lugar relegado para el personal doméstico, los dueños casi ni la pisaban, eran lugares oscuros, pequeños ¿En qué momento esto cambió y por qué?
Antiguamente la cocina se proyectaba como un ambiente independiente, que pudiera cerrarse para permanecer oculto a la vista de las visitas. En ese momento, los procesos del cocinar no eran mostrados y las recetas eran secretos que se transmitían celosamente de madres a hijas, o de generación en generación. Los olores que se desprendían durante la cocción de los alimentos, la suciedad de cacerolas y utensilios, el desorden general que se produce al cocinar, quedaban de forma oculta, como en un “detrás de escena”. Las comidas llegaban a la mesa ya servidas y decoradas para ser consumidas, saboreadas y admiradas por la familia o los comensales invitados.
Diversos factores fueron incidiendo para el cambio. Por un lado, los progresos técnicos en los electrodomésticos y las cocinas fueron haciéndolas más eficientes y adaptándolas a formas más estéticas y por ende más “mostrables”. Esto significó una recategorización de este ambiente al ser diseñado y la aparición de aparatos de refrigeración y nuevos conceptos de decoración significó su paulatina integración al resto de la casa.
También debido a las limitaciones de espacios en las ciudades, a mediados del siglo xx, comenzaron a aparecer equipamientos más funcionales, comenzó la comercialización de muebles de cocina estándar que permiten disfrutar de cocinas perfectamente equipadas. A la vez, desde el nacimiento de la televisión, la cocina siempre ha estado presente, ya sea para enseñar a cocinar a las amas de casa de los años 50 y 60, o para ver cocinar a los mejores cocineros del mundo, quienes paulatinamente se fueron convirtiendo en celebridades.
Todos estos cambios incidieron en la transformación de la cocina, de ser un patito feo hasta transformarse hoy, desde la aparición de internet y las redes sociales, en un cisne blanco. Cada cocina habla hoy de quién sos, qué comes, qué estilo te gusta, etc. Desde la aparición de Internet el cambio se aceleró, pasamos a ser productores: consumidores que también producen, opinan, comentan y comparten. Al empezar a mostrar en redes, los espacios son diseñados como parte de algo que dice quienes somos. La cocina es el lugar donde transcurre la mayor parte de la vida de las personas.
¿Cómo es el diseño de las cocinas actuales? ¿Cuál es la tendencia?
Las cocinas de los últimos años dejaron de ser espacios meramente funcionales dentro de las casas para transformarse en centros de reunión. Se fueron integrando más que nunca al área social de la casa, para ser disfrutadas por todos y por eso se le presta especial atención a los detalles y su diseño impecable se parece más a un traje hecho a medida. Los materiales que se eligen para proyectarlas son cada vez más elegantes y vienen en una variedad de texturas y colores que le ofrecen al usuario la posibilidad de customizarlas a su gusto y estilo. Hay duplas potentes como las piedras naturales o sintetizadas, los mármoles combinándose con la calidez de la madera, así como también el vidrio con el acero para las versiones de cocinas más profesionales. A lo que todas apuntan hoy es a brindar una máxima flexibilidad de los espacios y que les permitan en segundos abrirse o cerrarse a través del uso de sistemas de aperturas de puertas retractiles que se doblan, se deslizan o se pliegan mediante bisagras con solo tocar un botón.
El uso de la tecnología es otro de los ejes fundamentales de la innovación. Está totalmente introducida en las cocinas modernas colaborando con la función muchas veces de fundir este espacio con los otros ambientes de la casa. En éste sentido, los herrajes se combinan con tecnología de punta que comanda paneles o puertas invisibles desde tableros inteligentes o desde el celular adaptando el lugar a la luz, la temperatura o la función que se le quiera dar en cada momento. Mesas y barras extendidas se incorporan a la isla de cocina para conectar al cocinero con la familia o los amigos en la preparación del menú de cada día. Las experiencias culinarias son mucho más informales que antaño y las mesas compartidas o a la vista de una cocina abierta crean un sentido de comunidad y de apertura que está siendo muy valorado.
Cocinar se ha convertido en social e interactivo y ya no está sucediendo a puertas cerradas. Los huéspedes son invitados a participar, y los códigos formales y las paredes empezaron a desaparecer.
Todo lo que era usado con una función particular ahora además es visto y admirado. La búsqueda del electrodoméstico de alta gama es ya una moda global, no se compran más los de plástico blanco, básicos de antaño, sino que incorporan diseño, eficiencia y calidad, orientados a ser colocados allí donde uno quiera mostrarlos. Los electrodomésticos se transforman en objetos escultóricos que se exhiben en las alacenas como adornos, además de como objetos funcionales. Observar diseño produce bienestar y también éstos son los nuevos íconos que hablan de sus dueños, describen qué les gusta, qué valoran, qué comen, y quiénes son.
La cocina de hoy es una cocina preferentemente abierta, a mano y a la vista, acompañada de un desarrollo tecnológico que tiene que ver con los cinco sentidos: los sonidos, la vista, los olores, el tacto y, como broche final, el gusto.
¿Y en cuanto a color?
Los colores dependen mucho del estilo y la personalidad de cada persona. Por un lado, vemos las piedras elegantes y las suaves texturas que se transformaron en la estética preferida de las cocinas integradas al living, donde el código social es elegante y contemporáneo. Colores grises, visones, negros, con vetas y acabados mate son un hit.
Por otro lado, hay una fuerte tendencia al uso de los colores tierra, las texturas rústicas y las maderas claras que pisan fuerte, son tonos de calidad mineral que nos conectan con la tierra, brindándonos calidez, calma, sostén y abrigo.
¿Y respecto a los materiales y la sustentabilidad?
El diseño viene transformándose hacia el ecodiseño cada vez de forma más acelerada. La sustentabilidad es un aspecto que mapeamos cada año para nuestro “INFORME ANUAL DE TENDENCIAS” y que abarca 3 áreas: ambiental, social y económica. El año pasado hicimos una investigación especial sobre bio materiales, que presentamos en nuestro seminario. Algo que está en franco desarrollo a ritmo acelerado. Tanto en las universidades de diseño del mundo como en las cocinas de jóvenes emprendedores que buscan reducir la huella de carbono. Los biomateriales son materiales circulares que no generan impacto y se degradan con el tiempo. Entre ellos se encuentra el bioplástico, que es un material que se ve y se siente como un plástico, pero está hecho completamente de material biológico como algas y otros recursos naturales.
Los diseñadores jóvenes cultivan sus propios materiales. Hongos, agar, micelio, kombuchas, es alucinante cómo vemos emerger una nueva cultura material, que busca alternativas a la globalización de los materiales y la forma de reducir su impacto ambiental. El planteamiento es el siguiente: si es sabido que el transporte (ya sea de un producto, sus piezas o su embalaje) suma a la huella de carbono –sin hablar del gran problema que actualmente tenemos con el desbordante exceso de plástico y su pobre reincorporación a los ciclos de la naturaleza– ¿no sería mejor generar materiales que sean locales, contextuales y biodegradables? En este campo se viene dando un desarrollo explosivo, que cambiará sin dudas la oferta de materiales y el despertar de la conciencia de que materiales elegimos para nuestros diseños. Todos los diseñadores somos agentes de cambio y es un tema urgente involucrarse, y está bueno involucrarse y tener algo para aportar desde nuestro lugar.
¿Cuáles son los aspectos que se privilegian a la hora de pensar la cocina en un proyecto desde cero? ¿Luz, ventilación, amplitud?
Es muy importante contar con una buena circulación, que la planta de distribución ubique adecuadamente el anafe donde están los fuegos, el horno, la pileta y la heladera, que son los artefactos esenciales que definen la funcionalidad del espacio.
La luz es súper importante. Contar con luz natural es la situación ideal, porque nos genera bienestar, pero además es fundamental tener una buena iluminación sobre las mesadas y superficies de trabajo; un buen proyecto de iluminación siempre contempla todas las escenas posibles: desde luz general, hasta puntual y también de climas mas intimistas y cálidos que pueden obtenerse con dimmers, que son reguladores que gradúan la intensidad de la luz.
La ventilación ideal siempre es la cruzada, de manera tal que al abrir ventanas y puertas una corriente de aire barra de la forma mas homogénea posible todo el ambiente.
Otro elemento fundamental es la campana, en la zona de cocinar, para que el motor de extracción retire humos, olores y todo lo que se genera en el aire al cocinar, ya que es un ambiente donde se emite C02 de forma constante por el uso de electrodomésticos como tostadoras, y también en la cocción de alimentos.
Los extractores de ultima generación vienen para ser colocados de forma vertical y embutida dentro de las mesadas. Suben al accionar un botón de forma silenciosa y desaparecen cuando no queremos verlos, ideales para cocinas ultra estéticas.
¿Hacia dónde vamos? ¿Algo impensado que hayas visto?
El caso más disruptivo que vi fue la cocina que presentó IKEA. Según una investigación, en el año 2050, el 70% de la población mundial vivirá en ciudades. Eso significa que debemos repensar la forma en la que vivimos todos, ya no sólo por nuestro bienestar, sino también por el del planeta. Es por eso por lo que la compañía sueca puso en marcha un interesante proyecto “El Hogar del Mañana”, un espacio donde aprender a vivir en armonía con la naturaleza. ¿Cómo viviremos en el 2030? Este es un nuevo concepto de vivienda urbana cuyo principal objetivo es que los visitantes puedan aprender cómo introducir algunas soluciones ecológicas en sus casas. Estas soluciones se centran en desafíos que podríamos encontrarnos en el futuro, como la cantidad excesiva de desechos, el agotamiento de los recursos naturales, las sequías (y consiguiente aumento de los precios de los alimentos), así como la necesidad de permanecer en espacios más saludables y más verdes.
La casa viva pensada como un metabolismo. Su diseño está pensado para gestionar la circulación de alimentos, agua, desechos y otros recursos entre las diferentes habitaciones, creando así una especie de «metabolismo» donde el resultado de un proceso se convierte en la base de otro. En esta línea, presentaron una cocina con un rea de Cultivos, en bibliotecas desarmables llenas de plantas con instalaciones de agua, aire y luces para la fotosíntesis. Así, el «corazón» de este sistema es la huerta, basada en un sistema libre de tierra que usa hasta un 10% menos de agua. Gracias al uso de la acuaponía, hidroponía y aeroponía es posible cultivar tomates, pimientos, patatas, legumbres, fresas, verduras de pequeño tamaño, hierbas aromáticas e incluso setas comestibles dentro del hogar.
Otra área nueva pensada es la de los desechos que están integrados dentro del diseño del hogar. Además, la cocina tiene grandes compostadores en los que los desechos orgánicos se convierten en fertilizante natural para las plantas. Proponen un nuevo concepto de cocina que continúa ampliando sus funciones y ahora incorpora estas áreas a medio camino entre un laboratorio y una cocina.
¿Y en cuanto a los géneros? ¿El hombre empezó a meterse más en la cocina?
Venimos en un proceso de de-construcción del genero desde la antigua óptica binaria y los roles asignados a hombres y mujeres. Creo que hoy la cocina es un universo abierto a todos, porque la cocina es el lugar donde transcurre la mayor parte de la vida de las personas.
¿Qué pasa con los jóvenes? ¿Les interesa meterse o están en otra?
Para el 2050, se prevé que la población mundial aumente a casi diez mil millones de personas, a quienes debemos alimentar en un planeta de recursos finitos. Está bien documentado que para hacer esto necesitamos transformar nuestro sistema alimentario global, desde la forma en que cultivamos y pescamos hasta lo que elegimos comer. Es una tarea compleja, y si queremos entregar alimentos nutritivos a todos, todos deben participar para hacer que el sistema alimentario sea más sostenible. Las soluciones prácticas a gran escala son esenciales para realizar los cambios necesarios. En este sentido, veo a los jóvenes súper comprometidos, porque ellos sienten amenazado su futuro. Hay una revolución alimentaria en ciernes, porque ellos cuestionan la industria agroindustrial ganadera por sus índices contaminantes.
La aparición de referentes como Nicole Becker, una joven de 18/20 años, que estudia Derecho y Junto a sus amigos de la secundaria fundaron el movimiento “Jóvenes por el Clima” de Argentina alineado con los objetivos del movimiento “Fridaysforfuture” de Greta Thunberg, chicos que han sido capaces de organizar una movilización de 15.000 personas al Congreso, demuestra la fuerza emergente y el pensamiento de las nuevas generaciones, dispuestas a defender su futuro a través del compromiso político y el activismo.
Creo desde lo personal, que estamos re-calculando el diseño, porque no podemos seguir así, ¿verdad? Entonces para mí este es un momento bello, en el sentido que es un momento de búsquedas, donde esta todo por hacerse, por descubrirse, como si todo volviera a empezar. Y eso tiene una magia única.
Abracemos esa incertidumbre, y démosle desde nuestro saber, un sentido más profundo a lo que hacemos. Ya no podemos seguir diseñando sin conciencia. Ya no podemos no involucrarnos.