Lo que queda después, el primer libro de Violeta Capasso
Por Lucía Levy
La fotógrafa argentina Violeta Capasso presenta Lo que queda después, un libro de fotografías autopublicado y autoeditado: un proceso completamente autogestionado. ¡Hasta ella misma hace las entregas! DMAG charló con ella para saber todo sobre esta ópera prima que la ayudó a curar un trauma íntimo y personal.
¿Cómo surge la idea de hacer este libro?
Tenía muchas fotos tomadas entre 2009 y 2019 que no tenían un rumbo específico. Quería que el conjunto formara un cuerpo con manos, cabeza y pies, que empezara a moverse. No lo estaba logrando hasta que pensé la posibilidad de pensarlo desde algo físico. Hay una parte de la fotografía que siempre queda muy trabada cuando una solo se mueve en lo digital, por eso necesité pasar a otro nivel, quería trascender. De ahí sale la idea del libro, como un cuerpo de imágenes narrativas que cuentan una historia y al pasar hoja por hoja atraviesa a quien está mirando.
¿Lo sentiste un poco como mostrar tu diario íntimo?
Si bien hay algo de eso porque muestro mi intimidad, las fotos no están ordenadas de manera cronológica. El libro es sobre la adolescencia y la adultez, y sobre las cosas que me pasaron en la adolescencia, cosas que no eran tan habladas como ahora. El orden de las fotos genera ciertos climas, hay cambios de los colores, cambios en la posición de las fotos dentro de las hojas. Al principio las fotos son muy amenas, infantiles, mucho sol y luz y de repente pasa algo que no se dice, que es un abuso sexual, que rompe con lo soleado y entran las fotos más oscuras, movidas, fuera de foco, algo más darkie. Y después viene lo que pasa después de todo eso.
¿Y qué queda después para vos? No hablo del libro.
Y lo que queda es una marca muy grande, una cicatriz. La idea es poder dejarla atrás. Lo que queda después es una cicatriz y un entendimiento del mundo que viene después del trauma. Este libro que me ayudó a pasar por el trauma, pero fue muy difícil estar haciendo un libro sobre momentos tan íntimos de mi vida. Pero sí fue una forma de hacer algo con ese dolor y ahora ya está, no hay vuelta atrás. Esa historia está en el libro y ya no me hace sufrir. De todo lo oscuro y doloroso queda algo que es una obra de arte y también es un acompañamiento para todas las personas que pasaron por algo similar y se sintieron solas.
Fue un proceso sanador para vos.
Sí. Al final del libro le agradezco a mi psicóloga, por ejemplo. Llevé mucho el libro a mis sesiones, llevaba las fotografías y hablaba de lo que había pasado en cada una. Son imágenes bastante conceptuales, entonces a cada persona le puede pegar distinto. Hubo algo de la edición que tuvo que ver con exprimir las fotos. Curé las fotos en sentido literal, limpié los negativos viejos, los ordené, los edité, volví a escanearlos. Fue un proceso largo y curativo, porque encontrar fotos viejas es bastante fuerte.
¿El libro también tiene texto?
Sí, contiene texto pero poco y está ordenado de una forma muy minimal como para que no contamine la imagen. Además, también escribí un diario entre 2011 y 2020 que se puede adquirir junto con el libro.