Transicionar
“Mi nombre es Benjamín pero desafortunadamente no siempre fue así. En realidad no fui desafortunado, sólo me tocó vivir una vida distinta al resto. Al comienzo pensé por qué a mí, por qué me tocó ser así. Me esforcé literalmente intentando cubrir de maquillaje la cara que no me pertenecía. La música siempre estuvo ahí, sólo era cuestión de que encuentre mi propia voz, me costó 18 años y un baldazo de agua fría.”, el que habla es Benja Soler, de 21 años, cantante y compositor independiente de música pop/alternativa, y estudiante de Diseño de Imagen y Sonido de la UBA.
“En el colegio me molestaban mucho por elegir los juegos/deportes estereotípicamente masculinos, o simplemente por cómo me vestía. Me decían “Varona”, “Marimacho”. Esto me volvió muy tímido y temeroso, porque yo sabía que pertenecía a ese grupo con los varones, sólo que el resto me veía como una chica y no como el chico que en realidad siempre fui. En mi ingreso a la facultad me crucé con personas que atravesaban lo mismo que yo, y esto me dio muchas esperanzas. Ahí fue cuando confirmé que quería cambiar para poder ser yo mismo. Decidí que no iba a fingir más.
El 10 de agosto de 2018, recibí mi primera inyección de testosterona y fue el día más feliz de mi vida. Ese mismo día, compartí mi canción “El sabor del sol” que describe muy brevemente cómo me sentía, esperando ser aceptado como “Benjamín”. Un mes después, me realicé la masculinización de tórax. En 2020 comencé un emprendimiento de prendas sin género junto a mi novia Rocío, @BeeGoldWear de ropa interior adaptada al uso de packers (prótesis hiperrealistas) y tenemos un modelo que permite el uso de toallitas durante el período menstrual.»
Historias de vida como éstas muestran que algo si está cambiando para bien. Entrevistamos al equipo médico GAPET, el Grupo de Atención de PErsonas Transgénero del Hospital Carlos G. Durán de la ciudad de Buenos Aires, que llevan la delantera en este tema y que ya desarrolló el primer manual de atención de personas transgénero.
La transición es un proceso de cambios, que las personas trans necesitan para vivir integralmente en sintonía con la identidad autopercibida. Este proceso, puede necesitar intervenciones médicas, que reafirmen la armonía entre cuerpo e identidad de género. ¿Cómo? ¿Cuáles son las posibilidades para aquellas personas que lo desean?¿El sistema de salud argentino está preparado para acompañarlos? El proceso de transición involucra a un cuerpo médico multidisciplinario que incluye un Sexólogo con perspectiva de géneros, Cirujanos, Endocrinólogo y Urólogo.
Adrian Helien, es un pionero en este tema, es médico Coordinador de Atención de la Salud Transgénero y Presidente del Capítulo de Sexología y Diversidad de la Asociación de Psiquiatras Argentinos (APSA), lidera GAPET y nos cuenta: “Toda la medicina es cisgénero, las medicaciones están aprobadas para personas cis y no para personas trans. Es una injusticia, es una situación de discriminación dentro del sistema de formación de los profesionales. Una vez que lo vemos, no hay vuelta atrás, sabemos que tenemos que tener un sistema de salud inclusivo, y ahora mucho más porque la Ley N° 26.743 de identidad de género de 2012, equiparó las situaciones, da el marco legal, y nos obliga a atender a las personas transgénero. Aún sin haber formación de pre grado ni de post grado en salud trans, hemos logrado adquirir una gran experiencia a lo largo de muchos años, acompañando procesos de transición en personas trans de todas la edades.
Alberto Nagelberg, Médico Endocrinólogo del Hospital Durán lo confirma: “Hace 35 años que soy médico y recién hace 15 años me enteré de esta situación gracias al reclamo del Dr Adrián Helien. Yo me ocupo del tratamiento hormonal de las personas con diversidad sexual y transgénero. Yo no tenía ninguna formación al respecto. Tuvo que pasar bastante tiempo para que pueda entender la mecánica de lo que querían los consultantes que querían transicionar. Puedo ayudarlos a ir al otro extremo, puedo masculinizar a una mujer biológica, puedo feminizar a un hombre biológico. Pero empezaron a aparecer las personas reales, personas que no querían ir al otro extremo, sino que querían algo intermedio. Me sorprendió bastante. Tuve que adaptar mi cerebro a ese pedido. Porque la respuesta automática es no puedo. El tiempo ayudó, y contrariamente a lo que aprendimos como formación, en donde nosotros como médicos tenemos que decidir qué es lo mejor para cada paciente, acá es al revés, hay que preguntarle a cada persona qué es lo que está buscando, hasta donde quiere llegar, con qué velocidad, donde quiere detenerse. Eso no lo pude conseguir de inmediato, pasaron muchos años, y muchos pacientes me ayudaron a entrar en el universo de la diversidad.”
Valeria Rojas, es la Médica Cirujana plástica del Hospital Durand que atiende a los pacientes que quieren una transición: “Yo comencé a hacer estas cirugías que son cirugías nuevas para estos pacientes y para nosotros los cirujanos plásticos, fue un gran desafío para mi utilizar los recursos de mi formación e ir adecuando las diferentes técnicas a la demanda de las personas transgénero. Los procedimientos más frecuentes son masculinizacion de tórax mediante mastectomías (eliminación de mamas), reducciones mamarias en algunos casos no binarios, feminización de tórax (aumento mamario con implantes) modificación de la forma y tamaño de las caderas, aumento glúteos, masculinización abdominal (marcación abdominal), entre otras”.
Por otro lado está la armonización facial, el Cirujano Marcelo Di Maggio es pionero en el mundo en desarrollar técnicas de remodelación de rasgos faciales y armonización facial, con más de 1.200 pacientes y 18 años de experiencia en Argentina y USA. Autor de importantes artículos en las revistas internacionales acerca de técnicas y experiencia en Rinoplastia, Expresión de la mirada, remodelación de frente y órbitas, mandíbula y mentón, rejuvenecimiento (Lifting Facial) combinado con remodelación ósea de los rasgos, remodelación de la nuez de adán, pómulos y labios. Conferencista de los congresos de Cirugía Plástica en todo el mundo, ha enseñado y operado en vivo entre otras para WPATH, ASPS, SACPER.
Javier Belinky, es Urólogo, y se ocupa de la cirugía reconstructiva genital, y cirugía de confirmación de género del Hospital Carlos Durán, faloplastia y vaginoplastia en todas sus variables. La cirugía masculinizante se pueden acompañar o no: con anexo histerectomía (extirpación del útero y ovarios), con o sin el desarrollo de la uretra, preservar o no la vagina o con implante de prótesis testiculares y prótesis penianas. La decisión se toma en conjunto con cada paciente dependiendo de sus deseos. Existen básicamente tres técnicas para realizar faloplastías: minifaloplastías o elongación del clítoris para generar un micropene, la faloplastias donde utilizamos colgajos de tejidos locales cerca del pubis para lograr una estructura similar a un pene biológico, y la más compleja, colgajes libres, en donde vamos a quitar áreas del cuerpo lejos de la zona pubiana como el muslo o el antebrazo, que se transfieren y unen para formar el pene definitivo. Cirugías feminizantes también tenemos diferentes alternativas. Ya sea que sean realizadas con piel, con segmentos de intestino o sin profundidad, todas brindan resultados tanto cosméticos como funcionales y sensitivos.
Ahora bien, una persona que no se autopercibe con el género con el que nació y quiere transicionar, ¿Por dónde empieza? Lo primero es una consulta con el sexólogo que le va a informar la diversidad de tratamientos que se pueden realizar, allí el paciente elige lo que desea adecuar: caracteres sexuales externos (barba, pelo, la voz, tamaño de las mamas) o cambios genitales (internos). Hay una gran diversidad de procedimientos y cada uno elige lo que desea, no hay fórmulas establecidas. Se acompaña al paciente en ese proceso, entonces se deciden las consultas con el Endocrinólogo, los Cirujanos, y el Urólogo, que trabajarán multidisciplinariamente.
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