Testorelli, 5 generaciones de pasión por la joyería
La abuela Rosa murió el mismo día en el que se casaba su nieto Román, en ese momento todxs lxs nietos decidieron hacer algo para recordarla para siempre: cada unx tendría su anillo confeccionado a partir de las perlas del collar de la abuela. Ese trabajo minucioso y artesanal fue desarrollado por los joyeros de Testorelli, una empresa familiar sello indiscutido en joyería y relojería de lujo.
En 1887, José Testorelli dejó su Suiza natal, y desembarcó en Argentina, más precisamente en San Isidro. En el año 1913, su Intendente, Adrián Beccar Varela, lo convocó para la realización de un reloj floral en la plaza Mitre que José hizo junto a su hijo. La tradición relojera empezaba a perpetuarse. 5 generaciones dedicadas a este oficio “glamuroso” y apasionante. La marca cuenta con talleres propios y seis locales. Las joyas son ésos tesoros que muchas veces van pasando de generación a generación con un significado único y especial para quien las atesora.
En una charlita íntima, Myriam Testorelli (4ta generación) y su hijo Blas (5ta generación) nos contaron que la pandemia los empujó a reinventarse y desarrollar un ecommerce y un servicio mucho más personalizado y adecuado a cada unx de sus clientes, que suelen ser muy fieles a la marca. Tienen desde las clásicas alianzas para casarse hasta joyas en oro blanco, zafiros azules y brillantes que son las preferidas por lxs argentinxs. Rolex, Cartier, Omega, Tag Heuer, Bulgari, son algunas de las marcas de relojería.
Para el Bicentenario, Testorelli fue la elegida para confeccionar “La idolatrada” una réplica de una joya de Eva Perón. Y también desarrollaron piezas más jugadas como un collar de arrastre o unos huesitos en plata para las mascotas: “my pet love”. La tradición se transmite de generación en generación, el oficio se perfecciona y la pasión sigue intacta.