Queremos tanto a Keanu
De un férreo perfil bajo, siempre acompañado por un halo de misterio, de pocas palabras, un toque grunge y guapo hasta la médula, Keanu Reeves es el ícono fashion que todxs estábamos esperando sin saberlo. Además de haber lanzado la tercera entrega de John Wick, el actor sorprendió esta semana al ser nombrado la cara de la nueva campaña de Saint Laurent otoño/invierno 2019.
Con una mano en el bolsillo demostrando no saber bien qué hacer con ella, cabizbajo, serio, con el pelo largo y desprolijo y un perfecto look Anthony Vaccarello, Keanu cosechó cientos de miles de likes. ¿Lo mejor de todo? Seguramente no se haya enterado porque no tiene redes sociales. Es que Keanu es una estrella que va en contra de la corriente, es el salmón de Hollywood.
El actor saltó a la fama allá en los ’90, luego de protagonizar junto a Sandra Bullock la taquillera peli Máxima Velocidad que recaudó 350 millones de dólares. Unos años después la 20th Century lo buscó para que filmara la segunda parte por un cachet millonario y él declinó la oferta porque estaba haciendo la obra Hamlet en una pequeña sala de Winnipeg, Canadá. Por culpa de esa decisión, FOX no volvió a convocarlo durante 14 años.
Este mes Keanu fue tapa de la revista GQ, otro motivo que fomenta esta repentina fiebre «Reevesiana». Allí contó que nunca pensó demasiado sobre su carrera en el futuro, sobre lo que iba a pasar. «El dinero no significa nada para mí. Podría vivir los próximos siglos con lo que ya he ganado. Mi idea de la felicidad está relacionada con acostarme en la cama con la persona que amo, compartir una cena con amigos o ir en moto. No tiene nada que ver con un saldo bancario de varios dígitos», dijo en la entrevista principal.
¿Cómo no amarlo?