Nina Ricci, el perfume, la revolución y la Venus del siglo XXI
Hubo un tiempo en el que Nina Ricci fue sinónimo de feminidad clásica, de elegancia parisina contenida. Pero esa era parece haber quedado atrás. Porque en 2025, la maison francesa vuelve a ocupar el centro de la escena, esta vez de la mano de una figura que vino a reimaginar el legado: Harris Reed, el director creativo más joven de su historia que presenta su primera y revolucionaria fragancia: Venus.

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El perfume Vénus de Nina Ricci se presentó en Buenos Aires con una puesta en escena que combinó poesía y teatralidad: una alfombra negra con bordes dorados, una caracola gigante como ícono visual, retratos de los invitados en vivo y un desfile íntimo con las piezas más icónicas de las colecciones FW24 y SS25. El escenario: la embajada de Francia, joya Beaux Arts que se convirtió en templo de una nueva feminidad—más libre, más performática, más diversa.

Las voces de Yvonne, la joven cantante argentina que interpretó canciones francesas en clave íntima y emocional, le pusieron textura sonora a la noche. Y las personalidades invitadas —Agustina Cherri, Malena Ratner y Carolina Domenech— se sumaron a un ritual visual que celebró la libertad estética.

Vénus es la primera fragancia concebida por Reed para la maison, y no es un detalle menor. Inspirada en La Nascita di Venere de Botticelli, la fragancia celebra a las mujeres magnéticas y radiantes que no temen mostrarse tal como son. Pero esta no es una diosa etérea y sumisa. Es una Venus queer, política, vestida de moños gigantes, con poder y deseo en la misma dosis.
El frasco lo dice todo: escultural, dorado, con un moño oversized que condensa el ADN de Reed. Dentro, un jugo que mezcla notas florales, especiadas y amaderadas, como si el perfume tuviera su propio arco narrativo. Como si fuera un personaje más de esta historia.

Del atelier al statement
Desde que llegó a Ricci, Reed dejó en claro que su diseño no se trata solo de moda. “Mis colecciones son 50% diseño y 50% activismo”, dijo. La estética, para él, no se usa para disimular: se usa para declarar. Para incomodar. Para romper.
Así lo demostró con cada una de sus colecciones para Ricci: siluetas con drama, tejidos que evocan realeza glam y estructuras de otro siglo puestas al servicio de una generación que ya no cree en los géneros como jaulas. Y ahora, también, con un perfume que huele a revolución dulce y especiada.
La historia de Reed tiene algo de cuento pop: de subir un diseño a Instagram con 2.000 seguidores, a vestir a Harry Styles en la tapa de Vogue y convertirse en fetiche de Florence Pugh, Emma Watson, Demi Moore, Sam Smith y Rihanna.
“A los nueve años me di cuenta de que era gay”. Y como blanco perfecto del bullying escolar, a esa edad se escribió una carta a sí mismo, que decía: “El viaje hasta convertirte en tu yo verdadero no va a ser fácil, te lo aviso de antemano, pero confiá en mí cuanto te digo que llegado ese momento será una bomba y un día le contarás tu historia a la revista Vogue”.
Hay una revolución en la moda llamada Harris Reed. Y Vénus no es solo un perfume. Es una invitación a habitar el deseo con autenticidad. Y eso —en tiempos de etiquetas, filtros y moldes— puede ser el acto más revolucionario de todos.
