Merry xmas
Un repaso por las mejores películas navideñas de todos los tiempos. No te ilusiones con Papá Noel, en algunas conviene que nunca llegue.
Por Ignacio Javier Olguin
DIE HARD (Dir: John Mc Tiernan, 1988)
El año pasado se celebraron treinta años de esta obra maestra del cine de acción e hicimos una nota al respecto (pueden ir a revisitar la DMAG número 66, con Dafne en la tapa). Un clásico copiado por todos los que vinieron después, si bien DURO DE MATAR no es la clásica película de Papá Noel repartiendo regalos, está ambientada en Nochebuena y su espíritu es el guía a su protagonista, John McClane. Ni más ni menos que el amor por su familia es el que lo hace avanzar entre disparos y explosiones. Obviamente que hay referencias, como cuando McClane mata a uno de los terroristas y le pone el gorro de Santa, pero el trasfondo y su resignificación es lo que importa. Si Cristo es quien renace cada 25 de diciembre, Bruce Willis no hace más que buscar el renacer de su amor durante toda la película.
PLÁCIDO (Dir: Luis García Berlanga, 1961)
“Cene con un pobre” es la irreverente e inolvidable consigna de esta película de Luis García Berlanga, uno de los directores españoles más importantes del cine (acaso el mejor), junto con Saura, Buñuel y Almodóvar. Situada en un pequeño pueblo de España durante una Nochebuena, varios famosos y ricos son invitados a una subasta en la que pueden elegir e invitar a un pobre a su mesa. Esta propuesta de tintes cristianos tiene como fondo la limpieza de culpas de la burguesía, de la cual Berlanga (como también el ya nombrado Buñuel) se burla. Frases como Teníamos que traer un pobre. Sólo faltaba, que siendo como eres y todo el mundo sabe cómo piensas, no hubiéramos traído un pobre o ¿A usted qué le ha tocado, pobre de asilo o pobre de la calle?… porque a los de asilo los tenemos abajo… son tan desgarradoras como graciosas en el modo de mirar de Berlanga. Esta comedia llegó a estar nominada a Mejor Película Extranjera en los Óscar, premio que perdió con Como en un espejo, de Bergman.
SILENT NIGHT, DEADLY NIGHT (Dir: Charles E. Sellier Jr., 1984)
Para los amantes del género de terror, es un clásico que no puede faltar. Clásico no al estilo de El Exorcista o Carnival of Souls, sino uno de clase B bien ochentoso, donde no importa tanto el miedo sino divertirse. “Noche de paz, noche de muerte” (tal su título español) narra la historia de Billy, un niño que presencia el asesinato de sus padres por parte de un hombre disfrazado de Papá Noel. Una vez con 18 años, ya fuera del orfanato, decide tomar revancha contra todas aquellas personas que él considera malas, desde su jefe en la tienda donde trabaja hasta la Madre Superiora donde pasó toda su infancia. Obviamente, todo esto vestido como Santa.
Tan controvertida fue en su momento que tres años más tarde los productores no dudaron en hacer la parte dos, pero esa sí que fue realmente para matarlos a todos.
IT´S A WONDERFUL LIFE (Dir: Frank Capra, 1946)
Se dice que es una de las películas más bellas de la historia del cine, o al menos con el final más esperanzador que se haya rodado jamás. Frank Capra, ganador de tres Oscar como mejor director y un Globo de Oro, dirigió en 1946 esta maravilla que es a gusto de quien suscribe la mejor película de Navidad de todos los tiempos. Protagonizada por James Stewart (La ventana indiscreta, Anatomía de un asesinato, Vértigo), cuenta la historia de George Bailey, un hombre que se propone suicidar en Noche Buena ya que durante toda su vida debió posponer y renunciar a sus sueños y deseos. Es en ese momento cuando su ángel de la guarda llega desde el cielo para demostrarle lo bello que es vivir (tal su título en español).
En las antípodas de “Silent night…”, esta película demuestra que la Navidad puede ser un momento especial para compartir con nuestros seres queridos y para darse cuenta de que, por más que a veces nos quejemos, la familia es lo más importante que tenemos. (¡Feliz Navidad!)
