Lo auténtico e individual por encima de lo perfecto.
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Lo auténtico e individual por encima de lo perfecto.

Por Belu Baldelomar
¡Qué mal nos vestimos acá! ¡Me da marginal! ¿Es un concurso de disfraces? Rezan los comentarios sobre los looks del Lollapalooza. En un mundo obsesionado por los estándares de belleza superficiales, mostrarse imperfecto es un acto de rebeldía. La manera en la que se visten los jóvenes grita quiero ser diferente y divertirme. La generación Z al fin está cambiando las reglas del juego. La autenticidad y la provocación son los síntomas de una época en la que ya no queremos repetir los patrones de perfección que nos hicieron tanto daño..

Pero esto no es  nuevo, allá por 1975, en su ensayo Belleza de Mujer para Vogue, Susan Sontag escribió: “No es el deseo de ser bella lo que está mal, claro, sino la obligación de serlo. Lo que es aceptado por la mayoría de las mujeres como una idealización halagadora de su sexo es una manera de hacer sentir a las mujeres inferiores a lo que realmente son. Porque el ideal de belleza es administrado como una forma de auto-opresión. Nada menos que la perfección.”

Balenciaga con sus zapatillas como sacadas de la basura, Diesel con jeans que muestran la raya de la cola, Crocs y MSCHF con las botas inspiradas Mickey Mouse, y BESTIA con una colección en donde justamente lo temido se vuelve objeto de deseo. El huevo como último vestigio de una criatura poderosa que se estuvo preparando para renacer y lograr una metamorfosis.

Estas reglas de la moda centradas en la individualidad de cada uno, que a los ojos de madres y abuelas se ve como espantosa e inentendible, implica un gran cambio cultural: los jóvenes, vienen  a decirnos que la moda ya no tiene que ser perfecta ni tiene que tomarse en serio. Esos patrones nos hicieron mucho daño por décadas… El valor ya no reside en la perfección, sino en la autenticidad. ¿Y vos qué opinas? te leemos…