La belleza de lo imperfecto
Por Belu Baldelomar
Aimee Lou Wood, la actriz de la tercera temporada de The White Lotus rompió en llanto porque en el programa Saturday Night Live se burlaron de sus dientes: “No soy susceptible, la parodia fue cruel y nada graciosa. Tengo un gran espacio entre mis dientes, no tengo feos dientes.” La dentadura natural de Wood es rara en Hollywood, donde la mayoría de las estrellas lucen dientes blancos y perfectamente alineados, claro que todos falsos.
Nathy Peluso en 2021 tuiteó: “Cuanto más me exijan que me arregle los dientes, menos me los voy a arreglar, van a tener que lidiar con mis dientes torcidos toda su vida, vayan a darse un masaje”.
En 2019, Gucci lanzó una polémica campaña protagonizada por la cantante Dani Miller con la que pretendía redefinir la belleza. “Espero que inspire a todos, especialmente a los más jóvenes, a amar aún más sus peculiaridades y a sentirse hermosos y poderosos con su verdadero ser”, sostuvo Alessandro Michele, Director Creativo de la marca en ese momento.

Las investigaciones demuestran que las personas con dientes blancos y alineados son percibidas como más atractivas, competentes y ricas, construcción social que venimos heredando por décadas, pero que también ese el problema de fondo: estamos obsesionados con los estándares de belleza. No SOPORTAMOS la imperfección y la criticamos.
No hay dudas de que el temor a la crítica nos cohesiona. Hay que estar muy bien plantado en la vida para no ceder y bancarse la crítica constante, pero lo que para muchos es “imperfecto”, para otros es sinónimo de valentía, autenticidad y un evidente diferencial porque para mi la sonrisa de Aimee es refrescante, sobre todo en una sociedad en la que entramos en una rueda de hámster incansable de mejora constante.
¿Servirá analizar por qué criticamos? ¿O será mejor empezar a entrenar la mirada para ver esa belleza que está por fuera de lo ideal?