Hygge: la receta danesa de la felicidad
Por @belubaldelomar
Estamos en un momento histórico, en el que nos invaden muchas emociones negativas: tristeza, dolor, miedo, aburrimiento, ansiedad. Pero hay un lado positivo en tener que quedarnos en nuestro hogar asociado al concepto danés HYGGE. La felicidad y el bienestar están íntimamente ligados al bienestar de todos. Y para poder alcanzar esta seguridad es necesario anteponer lo colectivo al individuo. Significa tener conciencia social, no salir, es la fuerte sensación de que vamos a vencer este virus entre todos. La sociedad proporciona un marco referencial, pero alcanzar cierta paz interna es algo sumamente personal. Una actitud, está más en el cómo que en el qué, y eso es la base del hygge.
Hygge es el arte de crear el mejor ambiente para el momento, prestar atención a los detalles: un ambiente con luz cálida, velas, ropa cómoda, una buena película, unos mates, preparar juntos una comida casera, y el deseo profundo de encontrar la paz en el momento presente. El hygge implica inclusión, aprovechar el momento para un compartir más profundo, no atacar, no criticar, ser cuidadosos en cómo utilizamos las palabras: prestar verdadera atención al otro crea un espacio de atención y presencia consciente, y eso inevitablemente invoca gratitud.
Lo que depara el futuro no lo sabemos, pero el presente está aquí y ahora para ser disfrutado, cuidando los pequeños detalles. El hygge es una actitud interna, es tomar la firme decisión de vivir el momento con todo lo que contiene. Las circunstancias externas no dependen de nosotros, cómo las vivimos es lo que depende de nosotros. Introducir el hygge es volver a unos principios éticos básicos, que nos pueden ayudar a sentir tierra firme bajo los pies y hacer del mundo un lugar mejor donde vivir. Ser la actitud que queremos encontrar en el mundo.
Para profundizar este concepto, cuando tengamos la posibilidad de ir a la librería o comprar online, te recomendamos el libro: “Hygge, la receta danesa de la felicidad” de Christina Stub. La autora es danesa pero reside en Girona, y fue recién cuando salió de Copenhaguen cuando tomó conciencia de aquellas costumbres danesas que hacen de Dinamarca uno de los países más felices del mundo.