Berriez: la tienda second hand de tallas grandes
Por Maria Molina
Si la diversidad de talles todavía hoy es una batalla, imaginen tiempo atrás. El fenómeno Twiggy pulverizó la idea de lo que antes era una mujer hermosa, con curvas, sexy a morir: “Con un índice de masa corporal que la habría ubicado hoy en la categoría de sobrepeso”, según Amy Odell, de BOF. Aunque el marketing inventó el concepto de mujer real (no, si va a ser alienígena) y las marcas siguen hablando de positivismo corporal, todavía es una odisea vestirte con onda si superás el Medium; ni hablar de la ropa vintage. Por eso quizás resulte tan asombro el fenómeno Berriez, la tienda second hand de tallas grandes de Emma Zack.
La marca nació a fines de 2018, cuando su fundadora notó la escasez de opciones de compra vintage con diversidad de medidas. “No puedo ser la única mujer curvy que quiera comprar piezas retro estéticamente agradables”. Emma empezó con una cuenta de Instagram. Hoy Lucy Knell y Roseline Lawrence son sus clientas y ya hizo desfile en el NY Fashion Week.
Cada prenda está curada por ella y la rompe. Podés encontrar joyitas como el icónico ugly sweater de Michael Simon con el garabato de una montaña rusa, globos y papel picado, otro con una salsa de tomate Heinz, “el” vestido ajustado de seda de Greta Garmel o un reloj pulsera rosa gigante.
La idea es evitar la típica experiencia de compra en las que hay que «explicar nuestro cuerpo» a lxs vendedorxs. Berriez es radical, todas las prendas son cómodas, hay una amplia variedad de tamaños y la posibilidad de adaptarlas. Comprar no solo lo que quede bien, sino también lo que emocione y se ajuste al estilo personal.
«Sobre todo que te guste, porque si sos plus size hay mucha presión para ser moderadx, pasar desapercibidx y lucir correctx, pero ni se te ocurra llamar demasiado la atención sobre tu cuerpo«, dice. Una de sus clientas le contó a Anna Lee del New York Times. “No soy de las que tenían un corset con cadenas, no sólo porque no encontraba, no me animaba por mi cuerpo. Tampoco usaba camisas sin mangas. Ahora me encanta”.
El manifiesto de Berriez es despreocuparse al ir porque sabés que vas encontrar algo que te haga sentir bien: “Y esto lo entienden sólo aquellxs que van a cualquier tienda a ver qué pueden conseguir después de pasar por el escrutinio visual de lxs venderodxs”. Se trata de relajarse porque encajás con otras personas que tienen experiencias similares. Es una vía de construcción de comunidad e intimidad que recién ahora se está experimentando.