5 Motivos Para ver la serie «la caída de la casa Usher»
Por María Molina.
La última serie de Mike Flanagan para Netflix reconstruye los textos más icónicos y góticos
de Edgar Alan Poe para confeccionar la historia de una dinastía en picada. Aunque el título
nos revela cuál es la trama principal, tiene lo suficiente como para que nada se pueda
presagiar. ¿Leíste The fall of the house of Usher? No es para nada lo que te imaginás.
La obra está considerada como EL relato gótico de terror por excelencia, con uno de los
finales mejor resueltos de la literatura universal y la primera mansión encantada de la
narrativa norteamericana. Flanagan adapta este cuento de 1839 al modo HOY con raves
sexuales y aterradoras, la obsesión por las apariencias y la adicción al poder. Todo en
medio de una epidemia de opioides.
Si uno de los grandes miedos de la humanidad, para Poe, era lo que pasaba con la mente
después de la muerte, listo. Madeleine Usher, interpretada por Mary Mc Donnell, tiene la
solución. Trabaja en el desarrollo de un software de IA que nos permitirá seguir viviendo
forever. Su idea es que la mente humana esté cargada en una nube.
El speech de los limones, de Roderick Usher, ya es uno de “esos momentos del cine.” El
hombre que organiza los tentáculos de la familia, da una inescrupulosa clase de marketing
en 2 minutos 13 segundos. ¿Si hay limones hacemos limonada? “No, primero hacen falta
las Kardashian, Billie Eilish y Timothée Chamelet”, dice.
El personaje de Camille ya es ícono pop. Cool, disruptiva, fría y refinada. Usa vestidos de
Dion Lee, Alexander McQueen, sweaters de Givenchy, zapatos Saint Laurent y lencería de
Thistle and Spire. En su oficina hay Le Corbusier, una taza N 1 de Boss y dos asistentes a
su total disposición; y cuando decimos total, es total. El personaje que interpreta Kate
Siegel está inspirado en Mirage, la villana de Los Increíbles, de Pixar.
El director creó su propia temporada de American Horror Story o una Succession en clave
Giallo. “La serie es colorida y oscura a la vez; malvada y divertida, aterradora e hilarante.
Flanagan se consagra como EL showrunner, manejando elementos contemporáneos como
experimentos tétricos, vanidad extrema, exceso de sustancias y algún que otro jump scare
para ubicarnos en un presente grotesco y real”, según Dan Fienberg para el Hollywood
Reporter.