Edulcorantes ¿sí o no?
Por la Dra. Susana Socolovsky, Doctora en Ciencias Químicas y Presidente de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA)*
Hace unos meses los edulcorantes no calóricos ocuparon la primera plana de las noticias porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugirió que no deben utilizarse como medio para lograr el control del peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles (recomendación condicional). Esta recomendación fue interpretada por algunos medios de prensa como que no eran aconsejables para su consumo general y, obviamente, eso no es correcto.
Los edulcorantes no calóricos son los aditivos alimentarios con la mayor evidencia científica. Si bien no son por sí mismos sustancias adelgazantes y su consumo habitual no sirve para lograr el descenso de peso – tal como aclara la OMS – sí son una herramienta más para poder lograr la adherencia a un patrón alimentario saludable con reducción del consumo de azúcares, junto con actividad física y cambios de conducta.
La sacarina tiene una historia de más de un siglo de uso en la alimentación humana, mientras que otros edulcorantes más modernos surgieron en el mercado en 1980. Se puede asegurar que su ingesta es segura cuando se consumen por debajo de la Ingesta Diaria Admisible (IDA), es decir, la cantidad de miligramos por kilogramo de peso corporal que puede ser consumida todos los días sin que ocasione ningún riesgo para la salud.
El Comité Mixto de Expertos en Aditivos Alimentarios (JECFA por sus siglas en inglés), una entidad que depende de la FAO (Organización para la Agricultura y la Alimentación) y la OMS, lleva a cabo una exhaustiva revisión técnica antes de autorizar el uso de un aditivo alimentario y esta evaluación de riesgo es exigida también para los edulcorantes.
A nivel internacional también otros organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos llevan a cabo evaluaciones de riesgo para los aditivos alimentarios.
En nuestro país, a su vez, se requieren aprobaciones particulares. En Argentina, los edulcorantes que se utilizan han sido aceptados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) que internaliza la norma Mercosur. Las IDA que se adoptan para cada edulcorante son las establecidas por el JECFA. Por ejemplo: una persona de 60 kilos puede consumir hasta 9,5 sobres o 150 gotas de sacarina por día durante toda su vida, sin que esta ingesta represente un riesgo para su salud. Dicho esto, queda claro que todos los edulcorantes que están hoy disponibles en el mercado son seguros para la población en general y son adecuados para endulzar en reemplazo del azúcar.
Recomendados para quienes quieren reducir su ingesta de azúcar, son una muy buena opción porque no incrementan el apetito y no producen mayor apetencia por lo dulce. Estos endulzantes contribuyen, además, a saciar el deseo por algo dulce y, en consecuencia, permiten disminuir la ingesta de calorías cuando se usan en reemplazo de los azúcares. Y una reducción del consumo calórico total contribuye a la pérdida de peso.
*La autora dedicó 20 años a la investigación científica y a la docencia en Química Orgánica. Es Fellow de la International Academy of Food Science and Technology (IAFoST) de IUFoST y Certified Food Scientist por el Instituto de Certificación del IFT. Ha dictado conferencias en más de 260 congresos en 20 países y dictado cursos en 14 países. Desde 1989 ha trabajado como Consultora Técnica Internacional en Asuntos Científicos y Regulatorios y en Innovación Tecnológica para diversas empresas internacionales. Es miembro de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN). Desde 1992 actúa como representante no gubernamental en las reuniones normativas del Mercosur, y en las reuniones locales del Codex. Miembro profesional del IFT, comunicadora de ciencia de los alimentos del IFT. Jurado del IFT para los Premios a la Innovación Tecnológica para las asociaciones de ALACCTA. Es autora de múltiples artículos científicos, reseñas, capítulos de libros y artículos de revistas.