Cinco ideales de Woodstock que siguen vigentes
Por Florencia González
Este mes se cumplen 51 años del primer festival de Woodstock. Realizado en agosto de 1969, congregó a la comunidad hippie que tenía como bandera la paz y el amor. Creían que era posible vivir en un mundo con respeto e igualdad. Muchas veces la sociedad está en el barro, pero, ¿quién no resurgió del barro de algún festival? Woodstock fue la cumbre de la libertad, esa que necesitan los jóvenes para mostrar que el mundo se puede cambiar. El legado de este festival hoy late tan fuerte como en los ’60. ¿Qué nos dejó Woodstock que hace que sus ideales sigan vigentes?
El respeto por la diversidad cultural
Esta una de las causas que los jóvenes pregonan. Y, sin dudas, es una enseñanza de Woodstock: el reconocimiento por las distintas etnias que se congregaron en los días del festival, haciendo valer los Derechos Humanos para todos por igual. En la actualidad, podemos ver que esa diversidad se congrega en los festivales de música, donde no importa de dónde sos sino compartir un momento de unión con el otro.
El consumo responsable
Sin dudas este es un legado que dejó la comunidad hippie. Para ese entonces, la moda se basó en prendas artesanales y se promovía el no consumo de ropa producida en serie, pregonando así el cuidado del medio ambiente. Ahora la juventud nos enseña a reducir, reutilizar y reciclar. En los festivales que se realizan en Argentina y el mundo esas prácticas están más florecientes que nunca, a través de la concientización con charlas y muestras de las distintas formas de reciclaje. La moda sustentable y el respeto hacia los animales son la muestra de este cambio de paradigma que décadas posteriores a Woodstock se habían olvidado.
La lucha feminista
El auge de la minifalda en Woodstock, creada por Mary Quant en pleno surgimiento del movimiento hippie, fue sinónimo de la liberación para la mujer. Después de años de lucha para lograr el voto femenino, la sociedad empezó a tomar conciencia: cada mujer debía vestirse como quería, decidir sobre su cuerpo y sentirse libre de prejuicios y eso quedó en evidencia en el mítico festival. En estos eventos ya no hay miradas prejuiciosas, todos pueden vestir como quieren, abrazando sus cuerpos tal como son. La lucha contra la gordofobia y promover la aceptación de nuestros cuerpos fue también concebida en los ’60. En la actualidad la mujer sigue mostrando que todavía hay luchas por conquistar: eso que visibilizó Woodstock fue el inicio de todo lo que vendría después.
La libertad sexual
Woodstock nos enseñó a hacer el amor y no la guerra. Este festival que marcaría un antes y un después en la historia nos mostró también un nuevo rumbo: el de la aceptación y la libertad de ser quienes somos. Unos meses antes, en junio de 1969, se produjo la revuelta de Stonewall en Nueva York. Ese sería el inicio de la lucha contra la homofobia. Actualmente, los jóvenes siguen siendo los encargados de mostrar que el amor es amor y luchan contra la discriminación a la comunidad LGBTIQ+, reconociendo la diversidad sexual.
La no violencia
La música nos da libertad y puede ser transformadora. Según palabras de Michael Lang, co-creador del festival, “nos posicionamos como una generación joven con libertad personal por la lucha por los Derechos humanos, civiles y de la mujer”. El eslogan de la “no violencia” es adoptado por los jóvenes que se involucran en las luchas sociales. Sin dudas ese legado quedó en la historia y la juventud sigue cuestionando y combatiendo todo tipo de violencia.
The Who se presentó el primer día del festival y, como dice una de las canciones que tocaron ese 15 de agosto de 1969: “Ven al viaje asombroso y aprende todo lo que tienes que saber”.
