¿La venganza del maximalismo?
11752
post-template-default,single,single-post,postid-11752,single-format-standard,qi-blocks-1.2,qodef-gutenberg--no-touch,stockholm-core-2.4,select-theme-ver-9.5,ajax_fade,page_not_loaded, vertical_menu_transparency vertical_menu_transparency_on,,qode_menu_,elementor-default,elementor-kit-11065

¿La venganza del maximalismo?

Por María Molina.

¿Pensabas que te ibas a salvar del maximalismo? Pues nop. Todo muy lindo con el quiet luxury y su pico de rating gracias a Succession, los Bridgerton y el juicio de Gwyneth, pero: “Esta tendencia volvió a los lugares de nicho donde mejor se da; básicamente por una cuestión socioeconómica”, dijo la estilista Erin Walsh, que hizo tremenda curaduría en los ofni de Anne Hathaway. El lujo silencioso dejó secuelas, obvio. La cap de béisbol de Loro Piana logró que la gorra más usada del mundo de pronto sea un objeto hype.

Sarah Snook de Succession

La revuelta overdressed empezó en París, donde los diseñadores mostraron hartazgo hacia la movida súper aséptica. “De hecho esta es la ciudad que creó un hogar para Emily, con todo su absurdo exagerado”, conversan en un Fashion Talk Raf Simons y Alexander Fury. La big respuesta la tiene Olivier Rousteing, activista del más es más: “Soy francés, o sea que amo el Pompidou y también amo Versailles. Todo el mundo habla de lujo discreto, pero hoy la fuerza está en la identidad”, dice antes de mostrar una explosión de rosas con lunares, charol, látex y joyas.

Jlo por Balmain

¿Hay una resistencia al Too Much? El NY Times opina que sí: “El exceso para muchxs es sinónimo de alegría, que hoy se relaciona con algo masivo y subestimado, cuando en realidad es un poderoso antídoto contra el fast fashion”. Julien Dossena va contra el estigma: “El maximalismo se confunde con un mal kitsch y termina eclipsando el trabajo que existe detrás de la prenda”. Y llegaron sus guerreras espartanas envueltas en taparrabos enjoyados.

“¿Por qué no hacer ropa que sea toda una celebración, un acto de rebelión hacia la epidemia de básicos?”, se preguntó Francesco Risso de Marni. Por eso sus jeans hipster con mezcla de rayas y cuadros y las barroquísimas chaquetas con flores en 3D.

Colección SS24 de Marni en Paris Fashion Week.

Demasiado puede ser tan agotador como muy poco. “Hay un delicado equilibrio para vestirse maximalista, y aun así con control”, según Daniel Roseberry, que trastornó el little black dress con una langosta gigante y dorada. Solo: “Para recordarles a todxs que la gloria también puede encontrarse en el exceso”. En una época de ansiedad por la IA, quizás esa astucia es clave; enfatizar la humanidad y la excentricidad de la creación. 

Schiaparellii colección SS24.