Mujeres vistiendo mujeres, ya era hora.
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Mujeres vistiendo mujeres, ya era hora.

Hay temas que rara vez se discuten en la industria de la moda. El puesto número uno es para la ironía más grande, y es que un mundo construido alrededor de los sueños e identidad de las mujeres esté dirigido por hombres. Ellos lideran los grupos de lujo, ocupan el mayor porcentaje de cargos ejecutivos y siguen siendo quórum en las grandes ligas del diseño. Recién en 2016 el grupo LVMH eligió a Chiuri como directora creativa de Dior -tiene sólo otras dos diseñadoras para sus 14 marcas-. Y en Kering apenas está Sarah Burton para McQueen, entre las seis líneas prêt-à-porter.


Por eso es tan sorprendente el anuncio del Costume Institute del Met, que dedicará su expo de otoño al trabajo femenino. Y más asombroso todavía es que esta sea la primera retrospectiva destinada a ellas en 85 años de existencia. Women Dressing Women presentará objetos de Madeleine Vionnet, Claire McCardell, Vivienne Westwood, Miuccia Prada, Hillary Taymour, Yeohlee Teng, Simone Rocha y Rei Kawakubo.


«Es complicado basarnos en el concepto de identidad porque no queremos categorizar el trabajo de todas como algo similar. La idea es recordar que hubo un tiempo en que la industria era muy diferente», dijo la curadora Mellissa Huber. ¿Era hora, nocierto? Recordemos que el período entre las décadas del ´20 y el ´30 fue el único momento en la historia en el que las modistas superaron en número a los varones capitaneando el mercado. Aunque en la práctica todo era más bien rosa Dior. La hegemonía de las casas de alta costura no reconocía a las creadoras individuales a pesar de que Chanel, Schiaparelli, Vionnet y Grès dominaban por goleada.


La muestra analizará nociones clave como anonimato, visibilidad y omisión. De hecho, una de las joyas es la corrección de ¿errores? históricos como la atribución de la autoría del famoso vestido plisado Delphos a Mariano Fortuny, en lugar de a su pareja, Henriette Negrin. “Desde la Segunda Guerra Mundial se instaló una falta de confianza por parte de la comunidad financiera, para apostar e invertir en el trabajo femenino. Y esto no volvió a cambiar más”, según Huber.

¿No pasó ya mucho tiempo como para revertir esta asimetría en la igualdad y visibilidad? Porque sin conocimiento del pasado ¿hasta dónde la nueva masa crítica de voces puede abrir un diálogo constructivo perdurable en el tiempo?