rincones prohibidos
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rincones prohibidos

Inspirado por Jack Kerouac, el Pulp y la soledad de Wong Kar-Wai por los caminos del cómic, el fotógrafo Santiago Bustamante, de Galería Phuyu, registró escoltado, a veces hasta por dos guardaespaldas, los barrios periféricos de Lima, Perú. La obra ¨Nocturnos limeños¨ son las calles que no imaginamos sin gente, el pavimento desolado, las casonas abandonadas y la mirada oculta de algún otro noctámbulo que se aventure a interpelarnos con su ausencia.

El recorrido fotográfico y análogo fue editado por el Fondo Editorial de la Universidad de Lima en un libro que nos invita a transitar el mismo desafío. Desde el año 2000 se aventuró hacia las periferias de Lima “la grande”, se infiltró en zonas desconocidas por él y que por eso representaban un reto mayor.  “Elegí estos lugares porque, como muchos limeños, sentía que vivía en una burbuja y me di cuenta de lo ignorante que era sobre la ciudad, lo grande que puede llegar a ser”. Cámara en mano, inmortalizó los parajes donde viven los migrantes de la sierra peruana, de manera casi marginal.

No escapa de esas tomas saturadas de color un callejón en el suburbio “La Victoria”, uno de los más peligrosos y del que le costó salir. En su guión visual se inscribe el riesgo como apuesta consensuada. El cine y la pintura expresionista influyen en su obra en partes iguales. Durante muchos años trabajó en blanco y negro hasta que el leguaje cromático se apoderó de su atención. Sus colores son parte de un sello personal, un dialecto que desarrolló, en gran medida, de la mano del fotógrafo Stephen Shore, quien formó parte de The Factory (el estudio de Andy Warhol) y fue su asesor de tesis en New York.

Su interés radica en trabajar la intensidad de los colores porque sus ojos así ven la realidad. Es su manera de expresar sus sentimientos y emociones. “Que también suelen ser un poco estridentes”. Como si fueran luces que delatan la clandestinidad sin permiso de sus habitantes, somos testigos de las calles fracturadas y las paredes en ruinas. ¿Qué dicen los rincones prohibidos de la noche limeña? “No dicen nada. Hay un silencio sepulcral detrás de la estética del abandono. El tumulto de gente y el infinito comercio ambulante todavía no se despertaron”. Es de madrugada y el único instante en el que la marginalidad se vuelve arte en luces, caos y ruido.

Por María Molina