David LaChapelle, rebeldía pop en estado puro
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David LaChapelle, rebeldía pop en estado puro

Por Lucía Quiroga

Fue descubierto por Andy Warhol en los 80. Shooteó para los popes de la moda y las estrellas de Hollywood a quienes describió como «todas infelices». Se peleó con el sistema, se recluyó en la selva y volvió más feliz que nunca.

 

Icono pop de la fotografía, capturó con su lente a las estrellas más influyentes del cine y la música en trabajos que combinan a la perfección lo grotesco y bizarro con humor y picardía. Amante del Renacimiento y detractor de las redes sociales, su estética singular es reconocible a simple vista: producciones extravagantes para las revistas top que incluían personajes famosos en versión caricaturesca, protagonistas de una composición abierta, fresca y extremadamente colorida.

Hoy se siente libre e independiente, tras su «retiro del mundo» en 2006. En una entrevista publicada en DMAG, LaChapelle admitió estar en el mejor momento de su carrera: «Ahora hago lo que quiero, sigo mis propias reglas». Fanático de Miguel Ángel, reconoce la influencia que tuvo en él. Su primer trabajo, una foto en blanco y negro, da cuenta de ello. Luz y sombra se conjugan sobre un cuerpo desnudo, y esa fue la imagen que capturó la a atención de Andy Warhol. «Mi primer jefe», bromea David, y recuerda esas épocas como «los años oscuros»: «Estaba o en el cuarto de revelado o en el boliche».

 

LaChapelle aborda, con su singular mirada, temáticas asociadas al consumo, la comida chatarra y la obsesión por los cuerpos perfectos. Mediante instantáneas de desnudos manifiesta su burla sutil al pecado, la lujuria y la pornografía. Crítico ferviente de los excesos, la vanidad y el glamour, el fotógrafo supo crear y mantener un espacio respetado dentro de la competitividad del mundo de la moda, el cine y la publicidad. Su rebeldía contra el sistema lo alojó en una lucha constante con editoriales y celebridades hasta que explotó y se alejó de todo. «Entré en crisis y decidí irme a vivir al medio de la selva» confesó. La isla de Maui, en Hawaii, fue el lugar que lo amigó con su «voz interior».  Esta retrospección contemplativa lo llevó a estrenar un nuevo capítulo en su vida y comenzar a trabajar bajo sus propias reglas. Ya fuera de la fotografía comercial, remarca la necesidad de no hacer dinero a costa de «sacrificar la vocación» y alienta a los estudiantes de arte a seguir sus instintos.

 

Miley Cyrus

 

Travis Scott

 

Kim Kardashian

 

Warhol, celebrities y amor por el universo audiovisual

Nació en Estados Unidos, en 1963. Vivió junto a su familia en las afueras de Nueva York. Reconoce como «fundamental» el apoyo de sus padres a lo largo de su vida. «De chico fui víctima de bullying, porque me vestía diferente,» recuerda. «Mi madre me aconsejaba elegir ropa que me hiciera ver como una persona normal, pero yo me negaba, sólo quería ser artista.» A los 15 años decidió dejar el secundario tradicional y probar suerte en lo que amaba. Dos años después tomaría coraje para intentar ser aceptado en la Escuela de Arte de North Carolina: no sólo lo logró, sino que allí comenzaría su carrera. Se refiere a ese momento con mucho amor: «Fuimos en auto con mi padre en un viaje de dos días que nos unió aún más. Fue increíble». Allí se iniciarían sus años de artista, pero la clave fue cuando se mudó a la Gran Manzana. «La vida en Nueva York me cambió la vida, transformó todo lo que había en mí. Allí pude ser yo finalmente,» sostuvo.

 

Uma Thurman

 

David Bowie

 

Elton John

 

Su primer trabajo como fotógrafo fue a principios de los ´80. A los 17 años, conoció a Andy Warhol, quien le ofreció trabajar en la revista Interview. Este fue su primer acercamiento a los retratos de celebridades. Luego incursionaría en moda y publicidad, y hasta se animaría a dirigir films y videoclips. Shooteó a leyendas de la música como David Bowie, Whitney Houston, entre muchxs otrxs. «Mi trabajo consistía en que las estrellas siempre se vieran mejor: viví bajo mucha presión esa época», confiesa, y agrega: «Conocí muchas celebridades, todas infelices». Sus fantásticas fotografías fueron portadas de Vogue, Rolling Stone, The Face, GQ e Interview. También se ocupó del arte de tapa de discos de Jennifer López, Britney Spears, Avril Lavigne, No Doubt, Whitney Houston, Moby, Macy Gray, Blink 182, Elton John, The Vines y Christina Aguilera. Fue en el rodaje del video de «Dirrty», junto a esta última, que descubrió la danza callejera conocida como krumping y eso lo impulsaría a rodar su ópera prima, el documental Rize. LaChapelle definió a los bailarines de ese género como «la alternativa al hip hop corporativo, lo que fue Nirvana para el rock a principios de los 90» y Rize se convertiría en un tratado sobre el baile que invadía la ciudad de Los Ángeles a mediados de los 2000.

Su adn rebelde lo condujo hacia un estilo único. Cada una de sus obras representa los temas que fue explorando a lo largo de su carrera. El legado de la fama, la vida y la muerte, la pureza y el diablo son el leitmotiv de su trabajo. «El arte más valioso hoy es aquel que logra clarificar el tiempo en que vivimos, y eso es lo que intento hacer». Y le sale muy bien.

 

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Landscape, castle rock