amigxs y pandemia
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amigxs y pandemia

Reflexión a cargo de Andrea Yannuzzi, Psicóloga y PhD de la Universidad de Pittsburgh.

 

Mucho se habla del amor de pareja, pero no tanto de otro tipo de amor igual de importante: lxs amigxs. ¿Y qué pasó con la pandemia y lxs amigxs? Obligadxs a permanecer en casa y a relacionarnos a través de los dispositivos, las formas de la amistad cambiaron. Todo cambia más vertiginosamente en tiempos de crisis. Angustias, miedos, incertidumbres, duelos por pérdidas de todo tipo, ansiedades y tristezas afectaron todas las áreas de nuestras vidas, nuestra salud mental en particular y, por supuesto, nuestras relaciones interpersonales.

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Somos seres sociales y la limitación del disfrute grupal presencial deja sus huellas. Esta gran crisis humanitaria puso a prueba la calidad de nuestros vínculos, visibilizó su robustez y al mismo tiempo, su fragilidad. En un sentido comunitario, nos mostró más empáticos y solidarios o más egoístas e individualistas, del orden «sálvese quien pueda». En los momentos difíciles se ve mejor con quién contamos, qué nos une y qué nos separa. La amistad, al ser un vínculo elegido con un contrato psicológico basado en valores y por encima de conveniencias de intereses ocasionales, durante la pandemia reforzó el factor «seleccionador» que nos acerca más a quienes elegimos como nuestrxs compañerxs de camino en medio de tantas turbulencias. Con la conciencia de finitud a flor de piel y con el foco en cómo deseamos vivir, las relaciones con lxs amigxs se resignifican.

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Nos acercamos más a quienes nos acompañan en la esperanza, la lealtad, la valentía, la confianza, la resiliencia, el aprendizaje, la mutua colaboración. Al mismo tiempo, nos distanciamos de la indiferencia, el conflicto, la exigencia, la demanda constante, la pelea, la queja, la cobardía: es una manera de cuidarnos y «cargar las baterías» en momentos de tanto cansancio y hartazgo. Necesitamos cuidar nuestra preciada energía también para tener la disponibilidad de servicio hacia quienes realmente lo necesitan.

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La amistad incluye acompañarnos en el dolor y es un nutriente entrañable que puede volar por encima del espacio-tiempo y renovar esa sagrada conexión en cuestión de segundos. Esta amigable y abrazada alteridad se transforma, recicla o sucumbe. Cada quien, consciente o inconscientemente, está eligiendo qué personas permanecerán mucho, bastante, poco, o nada en este universo amoroso de la amistad.