¿Quién es el diseñador revolución del momento?
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¿Quién es el diseñador revolución del momento?

Por María Molina

En la moda hay una revolución y se llama Glenn Martens. Este diseñador belga tiene la misión de llevar a Diesel hasta lo más alto y lo está logrando. Si algo caracteriza a Martens es que conoce bien a su público y a la marca de Renzo Rosso, que fue la primera que compró en su adolescencia con su propio dinero. Es una rara avis total. Primero estudió diseño de interiores hasta que encontró en Amberes su mundo ideal. Después de trabajar con Jean Paul Gaultier le encomendaron la compleja tarea de poner en mapa a Y/Project y tras un par de colecciones, la firma ganó el premio Andam y él pasó a formar parte de las 500 personas más influyentes de la industria.

 

No usó logos ni celebridades como embajadoras, jamás creyó en el total look, ese uniforme monomarca que tan bien funciona en redes. Lo suyo era, y es, el gesto vanguardista de volver al grado cero del diseño: centrarse en la construcción (y deconstrucción) de cada prenda, jugando con la ironía y las referencias históricas. ¨De un tiempo a esta parte todo era lo mismo. Consumimos visualmente sin parar y no nos detenemos a profundizar en lo que vemos. Casi siempre está detrás la idea del monograma, que remite al uniforme. Y si bien en Diesel debo crear logos, porque claro que venden, lo hago a mi manera¨, dijo.

 

Ajeno al perfil de superstar, es consciente de que muchos fans de la D no saben quién está detrás de la ropa que compran. Y le da igual, tiene perfil bajo. Su trabajo es reconectar con los valores que hicieron de la firma algo pionero, actualizarlo todo desde lugares como la autoexpresión, el upcycling y la experimentación.

 

Sus diseños respiran un aire post-apocalíptico muy Mad Max a base un denim deconstruido en todos sus procesos posibles. Impresiones, metalizados y rasgados convierten la prenda más sencilla en high fashion. El súmmum es la chaqueta de piel hecha con jean deshilachado en homenaje a la que usó River Phoenix en My Own Private Idaho y también las botas más ugly, más XXL y más persistentes de la moda (gracias Rihanna!).

 

Si hay que creer en las multitudes, basta con las 5000 personas que aplaudieron su desfile de pie. Ropa utilitaria, pop, la escultura inflable más grande del mundo y piezas artesanales coquetearon con la alta costura. En un espectáculo con récord mundial Guinness incluido, el nuevo gurú belga presentó lo que los Gen Z buscan en una marca, aquello que habla su mismo idioma y no es demasiado complicado. El Diesel de Martens hace eso. —